22 febrero 2006

La cuna del CAOS

Día 9 - 7 de enero de 2006 – Centro – La Paz, Bolivia:
Salimos del mercado Lanza donde habiamos logrado encontrar algo de relativa paz y volvimos al paradójico CAOS de LA PAZ. Caminamos bordeando la avenida principal hasta la iglesia de San Francisco, un edificio bastante impresionante con bellas ornamentaciones que es simbolo de la ciudad. Tras un breve tour por la iglesia procedimos por la calle lateral llamada Sagarnaga y que es donde se encuentra el denominado "mercado artesanal". En ese momento fue cuando decidimos que nos sentiamos demasiado idiotas cargando la mochila delante como nos habían recomendado varios policias. Nos pareció que la facha era más importante que la seguridad, por lo que pasamos las mochilas a su lugar tradicional. Pispeamos algunas artesanias pero todavía teniamos que superar el obstaculo de la falta de cambio boliviano. Seguimos subiendo y llegamos a un mercado alimenticio sobre la mismisima calle que resultó bastante impresionante. Había una gran variedad de alimentos (que a mi, personalmente, me tentaban mucho aunque parecían poco higiénicos) incluyendo ciento veintidos tipos de papas, carne y pescados sobre el suelo, unas bolsas llenas con gelatina con una pajita que salía de ellas y unos vasos tapados rellenos con un liquido color ambar y un carozo de alguna misteriosa fruta. Tras algunas vueltas por el mercado nos dirigimos hacia un banco para cambiar nuestro dinero donde se dió una situación algo peculiar. Julián "gringo" Schlaen (o sea yo) se acercó al cajero y le preguntó amablemente: "¿A cuanto está el cambio con el dolar?" en un perfecto castellano pues esta es su lengua materna, a lo que el cajero respondió en un rústico inglés: "seven ninety eight". En fin...Seguimos recorriendo la ciudad y llegamos al mercado UYUSTUS. Eran cuatro hileras interminables de puestitos que vendían lo que sea, los mismos productos que se pueden encontrar en un Carrefour o un Coto. Empezamos a recorrer el mercado y tras 15 minutos de caminata en fila india, comenzamos a desesperarnos pues no se observaba ninguna probable salida en el horizonte. 20 minutos después logramos salir de ese antro alargado y emprendimos el regreso. En la imagen puede observarse el desorden de las calles paceñas, generado mediante un combo de puestitos en sobre las veredas y las millones de combis que navegan sus calles (cada una con su respectivo GRITON). El caos pudo con nosotros y nos perdimos, por lo que tuvimos que acudir a los policias más amables (quizá en exceso) sobre la faz de la tierra. No solo nos indicaron el camino sino que nos acompañaron durante 3 o 4 cuadras hasta que encontramos nuestro rumbo. Volvimos a Sagarnaga (la calle de los artesanos) y comenzó el 2do frenesi capitalista del viaje. Nos hicimos de: varios tapices, algunos pantalones hippies más, fundas de almohadones, algunas banderitas para las mochilas, pelotas de malabares con semillas de maiz (lo cual lo sabriamos más adelante, en la frontera con Chile) y algun que otro souvenir que ahora no recuerdo. Volvimos al hotel donde conocimos a dos argentinas vecinas de nuestro cuarto que nos cruzariamos algunas veces más durante el viaje y con las cuales comenzó una sanguinaria competencia por el mejor viaje: ellas nos corrían con los precios bastante más bajos que ellas conseguían, sin embargo nosotros contabamos con un arma secreta invencible: nosotros ibamos a Machu Picchu y ellas no. Salimos nuevamente (tras una larga espera para que Doña Florinda nos abriera la puerta) y fuimos a almorzar, lo cual no fue tarea fácil. Recorrimos gran parte de La Paz buscando un restaurant normal que sirviera comida "relativamente" sana. Pasamos por la plaza donde se encuentra la casa de gobierno y finalmente llegamos a nuestro destino. Tras un mediocre almuerzo seguimos nuestro recorrido. Nos dirigimos hacia la estación terminal pues deseabamos salir de La Paz lo más rápido posible con rumbo a Copacabana, el caos nos superaba. En ese momento cometimos uno de los errores más grandes del viaje: sacamos numerosos trayectos abiertos con la misma empresa la cual nos aseguró que era mucho más barato hacerlo de esta forma. 3era, 4ta y 5ta mentira boliviana. Luego volvimos hacia la zona de los artesanos pues nos quedaba por recorrer el "mercado de las brujas" pero en el camino nos encontramos con Rosario y Ariel, quienes estaban en una confiteria merendando. Ellos nos acompañaron hasta la callecita que no presentó más que alguna que otra sopresa como: polvos para el amor y el sexo, algun que otro sapo disecado y algunos fetos de llama. Volvimos hacia el hotel (previo paso por el cyber) y cenamos sopa crema, galletitas, atun y agua dentro del cuarto con una de nuestras vecinas.Finalmente nos acostamos, excesivamente cansados, a dormir pues al día siguiente había que madrugar para realizar el tour a Tiawanaku.
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1 Comentarios:

A las 10/3/06 7:18 a. m., Anonymous Anónimo escribió...

-¿A cuanto está el cambio con el dolar?
-seven ninety eight

JAJAJAJAJAJA

 

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