03 febrero 2006

Cementerio de trenes

Día 5 - 3 de enero de 2006 – Cementerio de Trenes – Uyuni, Bolivia:
El día comenzó temprano, alrededor de las 8 de la mañana. Nos levantamos con el humor renovado, sobretodo Cross, y partimos hacia el centro (nosotros estabamos en las afueras de la ciudad y tuvimos que caminar como 2 cuadras) para tomar un desayuno de campeones. Encontramos un agradable lugar en el boulevard central, nos sentamos y pedimos 3 desayunos simples (alrededor de 7 bolivianos cada uno). Mientras tanto, a nuestras espaldas, un méxicano intentó por todos los medios disponibles a su alcance, sentirse como en su casa. Le pidió a la encargada que le recitara todo el menu para terminar quedandose con los jugos naturales que no le había nombrado y un revuelto de huevos que le explicó, paso a paso, como preparar incluyendo los ingredientes, el modo de cocción y el tiempo de cocción. Finalmente le preguntó a la confundida moza si contaba con alguna salsa picante, y ante una oferta poco saborizada para su gustó (aunque seguramente esta era suficiente para fulminarnos las papilas gustativas a cualquiera de nosotros) la hija del mexicano se levantó resignada para buscar una salsa que este guardaba en su habitación. Este episodio tiene poca reelevancia y quiza no es del todo gracioso pero nos causó gracia en su momento.
Tras el desayuno caminamos los 15 metros que nos separaban de la agencia (pues Nico temía que se fueran sin nosotros) y esperamos 10 minutos a que se terminara de completar los pasajeros de nuestra excursión, cuatro brasileros con los que hicimos pocas migas. Una vez que estabamos todos, caminamos hacia la camioneta y nos atolondramos por subir para tener los mejores lugares. Obviamente por atolondrados nos tocaron los peores, atrás de todo, con ventanillas azules que no se bajaban.
La primer parada de la excursión fué en el cementerio de Trenes. Aparentemente Uyuní había sido un bastión ferroviario de Bolivia en algún momento de la historia ya que contaba con una buena parva de trenes viejos abandonados y oxidados donde nos tomamos algunas fotos. La foto que ven arriba es un ejemplo de esto. (Si por casualidad se preguntan porque no pase del otro lado como los chicos esto tiene respuesta. Si yo hubiese tratado de apretar el disparador automático y pasar hacía allí en los 10 segundos que me da la cámara me hubiese rebanado la cabeza con el hueco oxidado que se ve atras de mis piernas).
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